Todos
buscamos el apoyo de nuestras familias, pero a veces este apoyo se convierte en
una necesidad. Es el caso de aquellos hogares en los que alguno de sus miembros
tiene discapacidad intelectual o del desarrollo. Pero no son sólo estas
personas las que necesitan ayuda, sino también sus propios familiares.
Por
eso, FEAPS reclama más recursos, ayudas y apoyos para estas familias, con el
fin de mejorar aspectos como su bienestar emocional y material, su salud, su
inclusión en la sociedad, su adaptación a los cambios que conlleva la
discapacidad, etc.
La
actual situación económica y las políticas derivadas de la misma han provocado
un descenso de los recursos y apoyos sociales dirigidos a este tipo de
familias, lo que les ha supuesto aumentar aún más el esfuerzo y dedicación que
originalmente asumían por la discapacidad de su familiar. En estos momentos,
según estudios recientes, tener un familiar con discapacidad puede suponer un
gasto de hasta un 40% de los ingresos de estas familias, algo que incrementa su
riesgo de exclusión.
Este
esfuerzo y dedicación deben asumirlo además en aspectos básicos de la vida de
sus familiares con discapacidad, que hasta ahora suponían derechos reconocidos
como el de la promoción de su autonomía personal, la atención sanitaria, la
educación inclusiva, la atención temprana, el empleo, etc. A todo ello se suma
además el agravio comparativo que supone la disparidad de políticas aplicadas
por las Comunidades Autónomas, y que provoca que este esfuerzo sea diferente en
función del lugar de residencia.
Esta
semana, FEAPS ha iniciado una serie de actividades de sensibilización
relacionadas con la Calidad de Vida Familiar. Estas actividades pretenden dar a
conocer y reflexionar sobre los aspectos claves que favorecen el bienestar de
las familias, así como reivindicar los apoyos específicos que éstas necesitan
cuando tienen una persona con discapacidad intelectual o del desarrollo.
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